Andrés ha estado desde los 14 años tras el mostrador de la mantequería y ha visto numerosos cambios a los largo de todos estos años. A menudo recuerda como eran traidos los huevos, en cajones de madera protegidos entre capas de paja, y que entonces era costumbre comprobar la cámara de aire con este curioso artefacto para asegurar su frescura.